For 15 years (I’m not counting the years I didn’t have use of reason) I wore my hair long. Not any regular length. When I was little, I was always among the girls with the longest hair. Then as I grew older, I started wearing it longer and longer until it reached the limit –my limit- of looking awkward. I only have one friend, Andrea, who actually had it longer than me, until she cut it really short and dyed it in pink. On October 28th 2013 I cut my hair drastically for the first time. Boy, I can’t describe how a liberating experience it was. By that I didn’t mean I felt trapped with my previous look. I never did until I reached the point in the process of acknowledging and building my style where I felt something was still not right. Two weeks took me to decided between a short do or a shaved patch. I went for the latter.
The general reaction of people was
“I like how it looks on you, but I would never dare. You are one brave girl”. I
am not to be considered a brave girl. Not for this particular action. Courage
is required when one is about to do something against one’s rational will. I
consider someone as brave, when one is capable of overcoming fear or danger. I
was certainly not afraid. I was excited and a little anxious –just the right
amount-. I absolutely loved the outcome. My cousins did too. My dad hates it,
even though he is the artist of the family and wore his hair long for almost 8 years –neither in the 70’s nor in the 80’s- during the first decade of this
millennium. My mom at the beginning
seemed a little shocked but supportive, but only a month after, she started
endless discussions every time I retouch the haircut.
Mom: I love you. I do not do drugs.
Aesthetics are not a direct correlation to anything. I will continue being a
good and dedicated student and a caring daughter, as I will remain dressing the
way I find appropriate according to my style and beliefs. Poschita, you are the moon of my life, my sun and stars.
When change is originated from
within, it truly reflects on the outside. I am a young adult living in the XXI
century, aesthete, currently a student of fashion communications; I enjoy listening
to the blues and the classical music the most. I treasure a collection of Lisa Frank stickers and my obsession of the moment is with daisies and sunflowers. I
will dedicate myself professionally to an industry where crazy haircuts, tattoos and daring outfits are absolutely accepted and encouraged.
It seems to me as the perfect time
to have a change of haircut for the first time.
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Por
15 años (sin contar los años que no tuve uso de razón) usé mi pelo largo. No
cualquier longitud. Cuando pequeña, siempre estuve entre el grupo de niñas con
el pelo más largo. Luego al crecer, comencé a usarlo cada vez más largo hasta
que llegó al límite –mi límite- de lucir extraño. Sólo tengo una amiga, Andrea,
que en efecto lo tenía más largo que yo, hasta que se lo cortó realmente corto y lo tiñó de rosa. El 28 de Octubre de 2013 me corté el pelo drásticamente por
primera vez. Oh! No logro describir cuan liberadora fue esa experiencia. Por
eso no quise decir que me sintiese atrapada en mi look previo. Nunca lo hice
hasta que llegué al punto en el proceso de reconocimiento y construcción de mi
estilo en donde sentí que algo aún no estaba correcto. Dos semanas me tomó
decidir entre un estilo corto o un rapado parcial. Elegí el segundo.
La
reacción general de las personas fue “me gusta como se ve en ti, pero nunca me
atrevería a hacerlo. Eres una chica muy valiente”. No soy para ser considerada
una chica valiente. No por esta acción en particular. El coraje es requerido
cuando uno está por realizar algo en contra de su voluntad racional. Yo
considero a alguien como valiente, cuando se es capaz de vencer el miedo o
peligro. Desde luego, no tenía miedo. Estaba emocionada y un poco ansiosa
–justo la cantidad necesaria-. Me encantó el resultado. A mis primas también.
Mi papá lo odia, a pesar de que el es el artista de la familia y que llevó su
pelo largo durante casi 8 años –no en los 70’s ni tampoco en los 80’s- durante
la primera década de este milenio. Mi mamá al principio parecía un poco
asombrada pero solidaria, pero tan sólo un mes después, comenzó interminables
discusiones cada vez que me he retocado el corte.
Mami:
Yo te amo. No consumo drogas . La estética no está directamente correlacionada
con nada. Continuaré siendo una buena y dedicada estudiante y una hija que se
preocupa por sus padres, así como permaneceré vistiéndome como lo encuentre
apropiado según mi estilo y mis creencias. Poschita, eres la luna de mi vida, mi sol y estrellas.
Cuando
el cambio es originado desde el interior, es cuando verdaderamente se refleja
en el exterior. Soy una adulta joven viviendo en el siglo XXI, esteta,
actualmente estudiante de comunicación de la moda; sobre todo disfruto de
escuchar al blues y a la música clásica. Atesoro una colección de stickers de Lisa Frank y mi obsesión del momento es con las margaritas y los girasoles. Me
dedicaré profesionalmente a una industria donde cortes de pelo raros, tatuajes y atuendos osados son completamente aceptados y alentados.
Me
parece que es el momento perfecto para tener un cambio de corte por
primera vez.
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